El ratoncito Pérez

Hoy vengo a hablaros de ese personaje que tantas alegrías nos ha dado mientras nos quedábamos mellados como el "cuñao" aquel.
Y es que no pensábamos en la estética, solo queríamos quedarnos sin ese diente que colgaba y se movía como loco.

Ahora que somos adultos, pensamos en un ratón que se nos mete debajo de la almohada y nos dan los 7 males, pero de niños...bendita inocencia.

Fuente: www.minube.com

El caso es que el año pasado por estas fechas, en casa empezó a haber festival de dientes caídos.
Los 2 hermanos de Monete (en adelante "Los Mayores") que tenían 5 años, empezaron a perder piezas dentales, así que decidimos ir a la Casa del Ratoncito Pérez para avivar más aún su fantasía.
Y allí que nos plantamos, un sábado, en plena campaña navideña en el centro de Madrid, sin miedo!



La casa está en la C/ Arenal 8, pegadita a la Puerta del Sol y es eso, una casa / tienda de verdad. Convertida en museo para deleite de los más pequeños.

Fuente: www.minube.com

Bueno, antes de seguir con la historia, quiero contaros un poco de donde viene la leyenda de este ratón odontólogo (Que se llama Odón, Odón Pérez) y así explicaros por qué la casa está en esa ubicación.

Es una tradición española y sudamericana. Pero hay zonas de España que tienen a otros personajes que no son Pérez.
En Cataluña está "l'Angelet" o Angelito.
En Cantabria el animal odontólogo es otro, "L´Esquilu de los dientis" o Ardilla de los Dientes.
En Vizacaya (País Vasco) tienen a "Maritxu teilatukoa" o Mari la del tejado.

Y si paseamos por Europa encontraremos esta variedad:
Italia tiene al "Topolino" o Ratón.
En Francia le conocen como "La petite souris" o Ratoncito.
En los países de habla inglesa," Tooth Fairy" o  "El Hada de los Dientes" (¿quien no ha visto ese capítulo de Peppa Pig?)

En resumen, que el Sr. Pérez no tiene tanto trabajo cómo pensábamos porque se reparte con otros colegas de profesión lo de recolectar dientes.

Y dependiendo del personaje, los dientes o se dejan bajo la almohada, o se tiran al cielo, o se echan a un tejado, o se entierran en la arena...

¿Y cómo llega el Ratoncito Pérez hasta la C/ Arenal 8 de Madrid?

Pues resulta que rondaba el año 1894 cuando Alfonso XIII, que ya era Rey a pesar de sus 8 años (Rey desde su nacimiento!), perdió un diente. Imagino que no era el primero, teniendo en cuenta sus edad.

La Casa Real se puso en contacto con el Padre Luis Coloma, un Jesuita que ya había escrito otras historias y le encargaron un relato para regalárselo al Rey.

Fuente: wikipedia.org

Entonces Coloma escribió una historia en la que el Rey Buby (así llamaba a Alfonso XIII su madre) perdía un diente.
En este cuento narraba que el Ratoncito Pérez, que vivía dentro de una caja de galletas con su familia (mujer e hijos) en el almacén de la entonces famosa confitería Prast (C/ Arenal 8) se dedicaba por las noches a recorrer la ciudad de Madrid buscando niños pobres a los que se les hubiese caído un diente.
Y así fue como Buby (que no era pobre) conoció a Pérez, cuando dormido se despertó por las cosquillas que le hacía el ratón al meterse debajo de su almohada para recuperar el diente. En ese momento, Pérez convirtió al Rey en ratón!





No quiero extenderme mucho más ya que la historia da para mucho.
Pero os recomiendo si tenéis oportunidad, que vayáis a la Casa Museo del Ratoncito Pérez y allí os enterareis de la historia completa.
No tengo fotos de aquel día ya que Papá Monete no saben donde las guardó pero os doy datos a tener en cuenta.

- La casa es muy pequeña, se entra en grupos de 10 o 15 personas, no recuerdo.

Fuente: entrechiquitines.com

- Si vais con carrito de bebé no hay ascensor, es un 1º.Además no se puede entrar con el carro al museo así que deberéis dejarlo en la entrada del mismo, donde se compran las entradas.
- Hay un guía que explica la historia y os lleva recorriendo las 2 habitaciones que componen este curioso lugar.
- Veréis que las paredes de este pequeño museo están plagadas de objetos que narran la historia del Ratoncito. Realmente es muy curioso.
- El precio de la entrada es 3€ por persona y está recomendado a partir de 5 años. Tienen distintos horarios dependiendo del día de la visita así que es preferible que entréis en su web para más información.
- Es preferible que les llaméis primero por teléfono ya que el aforo es limitado y a lo mejor os encontráis con que no podéis entrar.



La verdad es que merece la pena, los niños lo disfrutan muchísimo.
Si os animáis, me contáis la experiencia y si habéis estado allí también!