miércoles, 27 de enero de 2016

Desconciliando, todo un reto.





El cuento chino de la conciliación. Así empezaría la historia de la vida de muchas mujeres.

En estos días se ha hablado mucho del tema de la conciliación gracias al gesto de Carolina Bescansa llevando a su hijo al congreso.
Aunque para mí, eso no es conciliar, si se ha dado visibilidad a un problema que afecta a muchísimas familias españolas. Por lo tanto, es de agradecer.

Y es que, como ya sabes y no voy a decir nada nuevo, “gracias” a nuestros horarios laborales, durante la infancia de nuestros hijos nos dedicamos a no verlos crecer.



Como ya conté hace poco en este post ( PINCHA AQUÍ ) yo he empezado a trabajar hace 20 días, después de 4 años desempleada (nunca antes lo había estado)

Soy afortunada por tener trabajo y además trabajar para una empresa que facilita horarios (dentro de lo esclavo que es trabajar cara al publico en atención al usuario con unos horarios inamovibles) para que puedas, en caso puntuales, cubrir las necesidades de los hijos o personas al cargo.

Pero te cuento mi día para que veas como consigo “conciliar” aunque me pierda algunas cosas de mi hijo.

De lunes a miércoles tengo horario laboral de 8:30 a 14:00 y de 17:00 a 19:00 horas.
En principio las mañanas eran de 9:00 a 14:30 pero me permitieron el cambio ya que en esos tramos horarios realizamos trabajo interno y no hay atención al público.

6 DE LA MAÑANA:

Me levanto a las 6 de la mañana para poder desayunar, vestirme y maquillarme sin estar pendiente del enano, que sigue dormido. Aunque eso no ocurre siempre y a veces se despierta a las 6 conmigo, dificultándome bastante las cosas.
Tengo que decir que las noches buenas “solo” se despierta 2 veces así que imagina que cuerpo tengo cuando suena el despertador a las 6.
¿Lo bueno? Que el cuerpo parece que se acostumbra a esta falta de sueño.
¿Lo malo? Imposible ducharme por las mañanas, demasiado ruido y no me arriesgo a despertarle.



7 DE LA MAÑANA:

Intento despertar a mi hijo pero suele estar profundamente dormido, así que le cambio el pañal, le visto y le llevo medio inconsciente al salón para que vaya espabilándose viendo los dibujos. Dependiendo del día se despertará de bueno humor y todo será fácil o estará cabreadísimo y muerto de sueño y se complicará la cosa.

Por suerte desayuna en la escuela infantil (horas extras que se pagan a parte, claro) así que solo tengo que peinarle, lavarle la cara, los dientes y salir corriendo a por el coche.

7:45 DE LA MAÑANA:

Vamos a la escuela en coche ya que me toca llevarle a otro municipio que no es el nuestro.
Cuando le matriculamos, a pesar de tener una guardería pública en frente de casa, gestionada por la misma empresa que lleva la escuela donde él va a diario, nos denegaron la plaza por falta de ingresos. Y así en el resto de escuelas del municipio.
Tuvimos la suerte de encontrar una relativamente cerca ( 7 kms ), pública también, que acababa de abrir y tenía plazas disponibles, pero en otro municipio como digo.

8:00 DE LA MAÑANA

Llegamos a la escuela, mi hijo con mas sueño que vergüenza. Le siento para que le pongan el desayuno, dejo todas sus cosas en su clase y salgo volando, literalmente, cruzando los dedos para que un padre o madre con la misma prisa que yo no haya aparcado en doble fila frente a mi coche y me haga retrasarme.
También me encomiendo a todos los planetas para que no me pongan un atasco en el camino.


8:20 DE LA MAÑANA



Si todo va bien he llegado y aparcado cerca del trabajo.
La oficina está a 7 Km. de mi casa y a 14 Km. de la guardería.
Es una zona en la que aparcar es toda una aventura, pero justo a esa hora mucha gente sale a sus trabajos y suele haber huecos para aparcar no muy lejos de mi trabajo.

8:30 DE LA MAÑANA

Entro al trabajo y ya es un no parar hasta las 14:00. No tenemos tiempo ni de desayunar, a veces si quiero ir al baño tengo que dejar a alguien esperando ya que en cuanto ven que termino de atender a alguien, rápidamente el siguiente se sienta para ser atendido.
Yo tengo que ser más rápida y pedirles que me esperen “3 minutos por favor”.




14:00 DE LA TARDE

Salgo escopetada de la oficina, intentando recordar dónde aparqué hoy. A veces lo olvido, los días son todos iguales.
Me voy a casa.

14:20 DE LA TARDE

Llego a mi barrio, compro el pan y me subo a casa.
Preparo algo de comer, fácil, rápido y sin muchas pretensiones. Últimamente como fatal pero por la noche lo que menos me apetece es dejar la comida hecha para el día siguiente.
Hay días que mi marido come conmigo, otros días en los que vienen sus hijos también. Entonces ya es una locura de prisas.

15:15 DE LA TARDE


Otra vez cojo el coche y voy corriendo a por Monete a la guardería que sale a las 15:30. Cruzando los dedos para que esté de buen humor y me deje sentarle en su silla directamente para irnos a casa y no me pida teta en el coche. Eso me retrasaría mucho.



15:45 DE LA TARDE

Llegamos a casa, me pide teta y me siento con él en el sofá. Estamos unos 15 minutos y en cuanto puedo me voy al baño para “retocarme” para la tarde.
Si me sobran unos minutos aprovecho para hacer la cama, o barrer el salón o lo que haya pendiente (que siempre son mil cosas) pero habitualmente mi hijo no me deja.

16:15 DE LA TARDE



Dejo a mi hijo con su padre y de nuevo cojo el coche para volver a la oficina.
A pesar de los 7 Km. de distancia y de que entro a las 17:00 tengo que salir 45 minutos antes ya que a esa hora hay que dar varias vueltas para encontrar aparcamiento relativamente cerca.

17:00 DE LA TARDE

Empiezo a trabajar, las tardes estoy sola así que el trabajo se multiplica.


Se me forman colas en la sala de espera en cuanto alguien está más tiempo de lo normal sentado en mi mesa.

19:00 DE LA TARDE

Salgo de trabajar, busco otra vez el coche y si no hay compra pendiente, me voy directamente a casa.
Estoy deseando ver a mi hijo.

19:15 DE LA TARDE

Ya estoy en casa, entro por la puerta, todo patas arriba. Me agobio de ver la cama sin hacer desde las 6 de la mañana que me levanté o los platos sin fregar, montañas de ropa para lavar, el suelo sin barrer, los juguetes tirados por todas partes… me cabreo y mucho pero prefiero quedarme un rato con mi hijo tranquilamente.



19:45 DE LA TARDE

Si toca bañar a Monete me pongo a ello. Si no, sigo recogiendo lo que puedo, poniendo una lavadora y recogiendo la ropa del tendedero… siempre que él me deje y no me diga “Mami, ¡a jugar!”.
Además le preparo la cena, le pongo el pijama, me quito la ropa… Si está mi marido, aprovecho para ducharme en 3 minutos.

21:00 DE LA NOCHE

Es posible que mi hijo ya esté cenado y empijamado y con ganas de fiesta, de tirarlo todo y hacer ruido. Intento que se relaje aunque no suele funcionar.
Me lo llevo al baño, se lava los dientes y nos metemos a la cama a leer un cuento, o dos, o tres… así hasta que se queda dormido.

22:30 DE LA NOCHE

Estoy muy cansada, ya no tanto físicamente si no mentalmente.
Aprovecho que estoy tirada en la cama para revisar el blog, las páginas de Facebook, contestar emails, ver Twitter… se me cierran los ojos pero tengo que levantarme, preparar mi ropa y la del niño para mañana, intentar cenar algo y posiblemente tender la lavadora que dejé dando vueltas antes de acostar al niño.



Además debería sentarme con el ordenador a preparar algunas entradas que tengo pendientes.



23:45 DE LA NOCHE

No puedo más, dejo el ordenador para mañana (y así día tras día últimamente).
Me meto en la cama, el niño me siente y se despierta.
Otra vez pide teta (no lo he mencionado pero durante el día me la pide varias veces, sobre todo cuando estoy mucho tiempo fuera)
Intento que no se espabile, me duermo antes de que lo haga él.

06:00 DE LA MAÑANA

Suena el despertador, hemos tenido mala noche, como todas las noches desde que Monete nació. Creo que duermo una media de 5 horas con interrupciones.
Se despierta varias veces, hay días en los que se duerme en 10 minutos, otros en que está como una moto y se levanta y tiene hambre. Le tengo que llevar a comer algo a la cocina a eso de las 4 de la mañana. Él es así.

Y en definitiva, así pasan las semanas, yo cada día más cansada y mi hijo creciendo y creciendo y yo perdiéndome tantas cosas… por falta de tiempo o por falta de ganas.

Nos hemos acostumbrado a que esto es lo normal, dejar el cuidado de nuestros hijos en manos de otros para ir a trabajar… pero me consta que se podría hacer mejor, con unos horarios que permitiesen la conciliación y que en algunas empresas existen.
Pero no voy hablar de nada que no se diga a diario… solo quería contar mi situación.

¿Tu en que situación estás?















13 comentarios:

  1. Pues en una muy similar, porque aunque yo sólo trabajo de 8 a 15 horas siempre tengo que llevarme trabajo a casa, unas dos horas más. Y eso cuando no tengo evaluaciones o formaciones hasta las 20 horas, como todos los días de esta semana... Pero he de reconocer que yo aún soy una privilegiada...

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  2. Madre mía, agotador. Así es la vida de mucha gente. Yo me identifico bastante pero es cierto que soy una privilegiada en cuanto a horarios presenciales y que cuento con la ayuda de mis suegros que viven al lado. Y las noche... ay, eso no ayuda nada. Mucho ánimo. Como dices, el cuerpo se acostumbra a (casi) todo. Espero que estés contenta en el trabajo al menos y aunque sea tan a tope. Al menos no se te hará larga la jornada jeje.

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  3. Ole! Engrosas las listas de valientes madres que desconcilian a diario, y sufren por perderse momentos valiosos de la vida de sus hijos. Eres una super mamá, porque super mamá no es la que.hace todo y al final del.dia está monisima, arreglada y la casa impecable, super mamá.es esa que como tu lo intenta, y prioriza la.felicidad dee su peque, independientemente de qur deba compartirse entre lo familiar y lo laboral. Animo campeona y un abrazo fuerte, guardalo para ese momento en que estes agotada y creas no poder mas.

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  4. Hola Olga! Quiero darte todo mi ánimo. Eres una luchadora y con el sacrificio que haces ya está todo contado. Este es el pan de cada día de muchas madres en este mundo. Esto de la conciliación es una leyenda urbana!
    Saludos y un abrazo.

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  5. Y tu marido, mientras tanto, que hace?

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  6. Es inhumano. Ánimo. Yo también estoy agotada y con mil horas de sueño. Te entiendo. y encima los que me rodean quieren que les reciba con la sonrisa en la boca... No es justo...

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  7. Ya sabes que yo ahora más relajado, al trabajar en casa pues me quito ese estrés de ir y venir, pero en su día la compaginar trabajo fuera y oeque... Pues igual, malcomiendo al llegar a casa porque salía de la guarde a las cuatro. Eso sí, x la tarde ya no volvía al trabajo porque tuve que reducir la jornada para ocuparme de él... Y reducir jornada ya sabes... Peores caras, menos sueldo... Al final termine dejando el trabajo. Así es la "conciliación"

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  8. Es un asco. No hay otra palabra. Las jornadas partidas no son productovas ni facilitadoras ni conciliadoras ni nada. Te estresasm no tienes tiempo para tí. No existe un término medio, o te dan una media jornada en la que echas más horas de las estipuladas cibrando una miseria o te embarcas en una jornada completa partida que te deja sin vida. Te admiro por haberte reincorporado tras tanto tiempo. Yo rechacé oferta tras oferta precísamente por esos horarios. Porque nadie entiende la necesidad que tenemos de conciliar. Seguro que teletrabajando por las tardes podrías sacar un montón de trabajo, o un par de horas por la mañana.Lo malo, que al final te haces a esa dinámica, te acostumbras cuando uno nunca debería acostumbrarse....un beso

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  9. Madre mía Olga, que cansancio!! No sé como puedes!! Sólo me queda darte muchos ánimos.

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  10. Pues imaginate eso para las que decidimos ser madres solteras algun dia y lejos de nuestras familias..

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  11. Buenísimo!!!! Me encanta la foto de las 8:20.
    Es increíble pero vivimos corriendo. Estresada a tope, dormimos muy poco.... Pero ahí al pie del cañón! Un beso

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  12. Me he cansado con solo leerte, imagino cómo tienes que acabar cada día... Hay tanto que avanzar aún en este asunto...

    www.elperiodicodetudia.com

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  13. Me parece criminal lo de los horarios en España,lo tuyo es mucho sacrificio desde luego...
    Yo con mi hijo de dos años y medio estoy igual,lleva un enganchon tremendo con la teta,pero hace unas semanas decidí que se acababan las tomas nocturnas se acababan,me levantaba analizada,y quitando la primera noche y alguna más nos está yendo muy bien,se despierta mucho menos.
    Un saludo y ánimo!

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