MISIÓN: Sobrevivir 3 días sin móvil

Había una vez una mujer que sufrió la alineación de planetas y abandonó su blog.
Si, esa soy yo.
¿Sabes cuando tienes un mal día y piensas... "Debería haberme quedado en la cama"?
Vale, pues yo tuve una mala semana.

Esos días han sido una locura, todo ha salido mal, o peor que mal.

Todo empezó el día que decidí irme de Vodafone y pasarme a Yoigo.
Lee esto porque es posible que el día de mañana, si decides cambiar de compañía, te pase lo que a mí y si puedes prevenirlo, mejor.

Soy una mujer pegada a un móvil, desde que tengo el blog gestiono gran parte de él y las redes sociales desde mi smartphone. Me resulta fácil, rápido y puedo hacerlo desde cualquier sitio.
Para lo único que uso el ordenador (y su conexión a internet) es para montar las entradas y editar las imágenes para esas entradas.
Pero el día que decidí cambiarme a Yoigo, se jodió estropeó todo.

Mi marido me dijo que había una tarifa en Yoigo que por 29 €/mes te daban 20 GB.
Yo estaba en Vodafone y por 48 €/mes me daban 2 GB y muchas veces, si no estaba mucho tiempo en casa tirando de wifi, me quedaba sin Gigas.
Además con Yoigo no había permanencia. Vamos, todo genial. Además de llamadas gratis y demás.

Tenía permanencia hasta Mayo de 2016 con Vodafone pero echando cuentas, en 2 meses iba a amortizar la penalicación, asi que llamé a Yoigo y pedí hacer la portabilidad.
Hablé con Vodafone, no me ofrecieron nada mejor y se despidieron de mi con un "esperamos que vuelvas pronto".

A los 2 días recibo en casa mi tarjeta SIM de Yoigo y me dicen que al día siguiente la portabilidad estaría hecha, por lo que debería cambiar mi tarjeta SIM y empezar a "ser" de Yoigo.
Mi marido lo había hecho días antes y le iba genial.
He de decir también que con tal cantidad de Gigas en el móvil, mi marido decidió dar de baja el wifi en casa... Al fin y al cabo, podría usar mi 4G del móvil para navegar por el ordenador.

La mañana que me levanté sin cobertura Vodafone cambié la SIM, puse la de Yoigo y mi teléfono me pidió "el código de desbloqueo SIM"... ¿Cooooomo?
Llamé a Yoigo desde el móvil de mi marido (yo ya no tenía línea, claro) y me dijeron que seguramente Vodafone tenía mi teléfono bloqueado al habérselo comprado a ellos. Que intentase localizarles y pedirles el código de desbloqueo.

Llamé a Vodafone, otra vez desde el móvil de mi marido y... Oh! Sorpresa! No hay forma de hablar con un operador, la maquinita parlanchina solo quiere venderme productos, cuando le digo que quiero hablar con un operador me pregunta sobre el problema que tengo. Cuando le digo que quiero desbloquear mi móvil me dice que no soy cliente... y así en bucle con la dichosa maquinita.
Me tenía que ir a llevar al niño a la guardería (Dios! salir a la calle sin móvil, locura extrema) y solucionarlo después.





Cuando dejé al niño fuí a mandarle un Whatsapp a mi marido para decirle que se había quedado contento y esas cosas. Eché mano al bolso y... "ayyyy si no tengo internet".
Me fui a un centro comercial en busca de una tienda Vodafone (primero quise buscar la más cercana en Google peeeero... "ayyy es verdad, no tengo internet")

Entré en la tienda, una cola tremenda y un cartel "Wifi GRATIS" (Yuhuuuuuuu). Así que decidí conectarme mientras esperaba. Busqué la red, me conecté y me saltó un aviso "Te enviaremos la clave por SMS para que navegues todo lo que quieras"
Genial!!! Esperé... hasta que me di cuenta de que no tenía línea, por lo tanto, ese SMS nunca llegaría.
Es tremendo lo acostumbrada que estaba a usar el móvil para casi TODO.

Por fin me tocó el turno para ser atendida por un amable comercial de Vodafone, que tras contarle brevemente mi problema y pedirle mi código de desbloqueo me dijo;

- Tu teléfono está bloqueado como todos los que se vendieron antes de agosto de 2015. No son libres así que hay que desbloquearlos o liberarlos.
Ayyyy, si lo hubieses hecho ayer, que aún eras clienta Vodafone, lo habrías desbloqueado  a través de la web en un minuto y de forma gratuita.
Pero hoy, como ya no eres clienta Vodafone, no puedo ayudarte. Tendrás que ir a un chino a que te liberen el móvil.

Mi cara, un poema y transformándose por momentos en una olla express... me faltaba el pitorro en lo alto de la cabeza.

- ¿Me estás hablando en serio? Y ¿por qué no me dijo esto mismo ayer la comercial que habló conmigo por teléfono para preguntarme por qué hacía la portabilidad?

- Eso nunca te lo van a decir...

Le faltó decirme "es una forma de putearte por irte de Vodafone"




Total que con las mismas me fuí, intenté conectarme al wifi de Alcampo, cosa imposible porque primero hay que registrarse en no se donde y sin internet, imposible.

Pero vi un Starbucks y su maravilloso cartel de WiFi gratis.
Ese WiFi que nunca me falló cuando he estado en EEUU y gracias al cual estuve en contacto a diario con mi familia.
Y allá que fui, me conecté y puse al día a mi marido y de paso le pregunté donde podía llevar el móvil a liberar.

Por supuesto que, mientras hacía todo esto, dejé de hacer cosas importantes que tenía pendientes, como comprar los regalos de Papá Noel, que faltaban 2 días para nochebuena y me pillaba el toro.

En fin, que me fui al chino/tecnológico/informático de "La casa del móvil", me dijeron que en 30 minutos lo liberaban. Yo vi el cielo abierto. 15€ y tendría línea y 4G de nuevo!

Cuando volví a recogerlo me dijeron que había que formatear el móvil porque la versión que tenía no era la de fábrica y para poder liberarlo era necesario, que no habían querido tocarlo para no perderme datos, fotos, etc... que me fuese a casa, hiciese una copia de seguridad y se lo llevase de nuevo (esto fue a las 14:00)
Hasta el día siguiente no se lo pude llevar, a las 10, hora en la que abrían, estaba allí como un clavo.
Me dijeron que tardarían unas horas en liberarlo así que decidí pasarme al final de la mañana.
Pero... oh! Sorpresa. ¿Cómo podía salir todo medianamente bien? ¡Con lo que mola que las cosas se tuerzan!
Pues me dicen que no saben que pasa que no pueden conectar mi móvil a través de USB a su ordenador, que seguirán investigando.

A todo esto, me fui a un centro comercial, a la desesperada, a por los regalos que me faltaban. Y vi un par de cosas para el enano que me gustaban pero quería consultarlo con mi marido, ¿pero cómo?. Recordé que existían unas cosas que se llaman "Cabinas telefónicas" e ignorando a mi mala suerte busqué una.
Ahí estaba, escondida en el acceso a los baños. Estaba de suerte, además llevaba monedas sueltas, yeah! Era mi día.
Y ahí que me puse, a echar moneditas mientras la gente pasaba y me miraba con cara de "mira a esta antigua, ¿no sabrá lo que es un móvil?" con la sonrisita en la cara (ya os tocará, ya)



Por suerte, me se el número de mi marido de memoria, y alguno que otro más. Pero si hubiese necesitado otro número seguro que mi memoria no daría para tanto, y es que con eso de tenerlos guardados en la SIM ya no hacemos el esfuerzo de hacer trabajar a las neuronas.

Quedé con él en 15 minutos en la puerta de la juguetería. Al colgar me di cuenta de que no sabía que hora era (una vez más, mi móvil...) así que calculé a ojo y por fin llegó.
Llevar a tu lado a alguien con teléfono te da tranquilidad, que quieres que te diga.

Alguna que otra peripecia más sucedió en todo este tiempo sin móvil, esa misma tarde a última hora, el chino informático me volvió a decir que no era capaz de conectar mi teléfono a su ordenador, que al día siguiente me cambiaría la versión USB a ver si así....

Esa noche vi una película, ¡ENTERA! con anuncios y todo. Ventajas de no tener el móvil para echarle un ojo de vez en cuando.
A la mañana siguiente, a las 12, me dieron mi móvil. Por fin!

Así salí de la tienda del chinorris con mi móvil en la mano.

Pero claro, estaba vacío, con su configuración de fábrica, pelado y mondado.
Ni rastro de nada, todo guardado en mi ordenador. A excepción de todos los contactos, que no soy capaz de recuperarlos. Llámame torpe, pero no se donde están.
Mis redes sociales abandonadas, me saltaron mil notificaciones, emails que tenía que haber respondido, eventos en la agenda que no recordaba...

En definitiva, ahora soy mucho más consciente de la importancia de seguir apuntando todo en papel. Y eso que soy fanática de escribir en mil agendas y cuadernos, me chifla. Pero hay cosas que se las confío al móvil y de un día para otro, me falló.

Ten en cuenta lo que digo de los teléfonos bloqueados. Según parece mientras seas de la compañía que te lo vendió puedes liberarlo sin problema. Una vez te vayas a otra compañía, la cosa se te puede complicar (o no...)


Por cierto que la mala suerte, siguió. El día de nochebuena, con el coche cargado de regalos y 3 niños sentados, el coche se quedó sin batería y bueno... ese ya es otro cantar. ¡Al menos llevaba mi móvil!
Historias para olvidar.