La difícil tarea de educar en sociedad

Qué difícil es educar a un niño para la vida.
Es como pelear contra un muro, el muro de la sociedad, que a veces es mas influyente que la opinión de tu propia madre.

Mi misión es educar no solo en igualdad, también en tolerancia y respeto, y en este aspecto creedme que parte de la sociedad me pone zancadillas constantemente.

He decidido que, en lugar de cabrearme y lamentarme, la actitud de ciertas personas me viene de maravilla para enseñarle a mi hijo lo que no se debe hacer.

¡Y funciona!

Vivo en una urbanización que, como dicen mis amigos, se parece a Melrose Place.
Yo diría que un Melrose Place venido a menos, un quiero y no puedo.
La urbanización es preciosa pero la gente apesta.
Los humos que se gastan aquí los vecinos y sus delirios de grandeza son dignos de ver.
Lo que ellos no saben es, que si yo vivo aquí es porque cuando buscaba alquiler por la zona, esto es lo más barato que encontré.

Pues bien, estos vecinos no saben saludar, son los típicos a los que les sujetas la puerta y no dan las gracias, les das los buenos días y no contestan.





Es así cómo le he enseñado a mi hijo lo que es la MALA EDUCACIÓN, la FALTA DE RESPETO y el tipo de persona que no se debe ser jamás bajo ningún concepto.

De hecho ya no me corto... "Hijo, ¿ves lo que ha hecho esta señora?, le he sujetado la puerta y ni ha dado los buenos días ni las gracias. NUNCA seas así, por favor. NUNCA seas un maleducado".

En este caso la buena señora dio un respingo y poco más. No pareció importarle mucho.

Gracias, vecinos, por poneros en mi camino para enseñar a mi hijo cómo NO se debe ser.


Tenemos el cole al lado de Melrose Place.
Veo a mi hijo increíblemente feliz, el cambio de colegio le ha venido de maravilla, tiene una maestra que es oro puro y eso se nota cada mañana, cuando mi hijo me pregunta si hay cole, le digo que sí y me responde con un "¡¡¡BIEEEEEEN!!!".

Él sabe que en su clase (y en la vida) los niños y niñas son iguales, nadie es menos que nadie.

Pero ya empieza a comentarme quién pega, quien le trata bien, quien habla mal.. esas cosas.
A veces me habla de una niña que se mete con los demás, le digo que se mantenga al margen. Que si va a por él, se aparte y hable con la maestra o, en casa, conmigo.
Que si insiste en incordiarle, le diga que no le gusta su actitud, que le pida que le deje en paz. Y que si ve que se lo hace a otro, interceda o se lo diga a los adultos.

Pues bien, ayer vi con mis propios ojos cómo actúa esta niña.
Mi hijo estaba haciendo la fila para entrar en clase, tranquilo como siempre, pensando en sus cosas, apoyado en la pared.
Esta niña llegó y le dio 3 patadas porque sí, porque le salió del higo.

La reacción de la madre fue llamar la atención a los dos (?) a lo que yo le respondí que mi hijo estaba tranquilo hasta que ella le pateó.
La reacción de la madre de esta niña, como ya he visto que ha hecho en otras ocasiones, es decirle a su hija que pida perdón.

No querida, no. Tu hija está aprendiendo a que puede hacer lo que le de la gana, siempre y cuando luego pida perdón.
Mi hijo se puso a llorar, entre otras cosas por la rabia que llevaba dentro, porque sabe que no debe defenderse con violencia, porque no es la solución, aunque entiendo (vaya si lo entiendo) que le hubiese encantando estampar a la niña contra la pared.





Hablé con él, aunque no todo lo que quisiera pues entraban en clase. Pero por la tarde en casa volví a sacar el tema.
Sabe que la violencia jamás está justificada y menos aún contra una mujer (en este caso niña) y entiendo que se haga un lío porque, si está mal pegar a la gente, ¿por qué viene una niña a pegarme si yo no he hecho nada?.

En definitiva, a veces me dan ganas de decirle "si te pegan, pega, defiéndete" porque como decía al principio, yo puedo tener claros mis valores pero la sociedad me lo pone muy difícil.
Pero no quiero caer en esa tentación, quiero que mi hijo sepa defenderse sin violencia, aunque veo cómo está el mundo y de verdad que me dan ganas de decírselo, "si te pegan, pega".

¿Qué ha conseguido esta madre? Pues que hoy, cuando esta niña se ha acercado a mi hijo para ponerse a su lado en la fila, él se haya ido al final de la misma para evitarla.
Porque no la quiere cerca, porque sabe cómo es.
Por mucho perdón que le pidiese ayer, mi hijo no quiere saber nada de ella. El daño ya está hecho.

No es culpa de la niña, es culpa de la madre.

Gracias a esta madre porque con su actitud y la respuesta de su hija he tenido un ejemplo perfecto para enseñarle a mi hijo cómo NO se debe ser.


Podría hablaros de más cosas, de la gente que tira mierda al suelo, de los dueños de los perros que no recogen las cacas, de los que no ceden el asiento en el metro, del maltrato animal... pero justo los dos casos de los que os hablo más arriba son los que me llevan rondando la mente más tiempo.
Porque sorprendentemente se repiten casi a diario.

La sociedad en muchos casos apesta pero tengo que darle las GRACIAS a esa gente que no hace bien las cosas porque son un ejemplo fantástico y mi hijo lo entiende a las mil maravillas.

Si intento enseñarle a mi hijo que todo en esta vida tiene un lado positivo yo debo ser la primera en verlo, así que ¡sí!, me viene de lujo esta gente maleducada para darle la vuelta a la tortilla.

Creo firmemente que si educamos en el respeto podemos cambiar el mundo.