Las amigas como bien tangible de tu vida.

Sí, has leído bien.
Las amigas son un patrimonio tangible, porque se les toca, se les abraza, se les besa, se les dan codazos cuando tienen que mirar a algo interesante que pasa por nuestro lado, se les golpea en el brazo en mitad de un ataque de risa.

Aunque a veces y por circunstancias variables, pasan a ser intangibles pero bien presentes.
Un WhatsApp de una amiga puede alegrarte el día.

Vengo borracha de buen rollo y por eso escribo este post.
Después de un fin de semana con una de mis amigas, 48 horas del tirón, puedo afirmar que las amigas curan (y más si te despiertas y te han hecho el desayuno).
Te sanan del día a día y, tal como está la vida, eso es un lujazo.

Y cuando hablo de amigas, me refiero a amigas de verdad, de esas que se cuentan con los dedos de una mano.
Que no es fácil tener cerca a alguien que te entienda, se ría con las mismas idioteces que tú, te acompañe en tus locuras y te diga las verdades (aunque duelan) a la cara.

Amigas que saben lo que vas a decir antes de abrir la boca.

Amigas que cuando llevan días sin achucharte reaccionan así al verte entrar por la puerta:


No he podido evitar poner este GIF, el último capítulo de Sexo en NY es de lo más emocionante que he visto en mucho tiempo.

Esas amigas...

Y ojo que no te estoy hablando de cogerte un fin de semana, llenar maletas y hacer kilómetros hacia un destino caro.
No.


                                                       Estos son mis lujos, y me siento muy afortunada.

A veces las cosas más sencillas son las más gratificantes si estás en buena compañía.
Nuestro último planazo fue de pijama, tortitas con nata y chocolate, sofá y mantita y de fondo, en la TV, Magic Mike XXL (un rollo de película pero con unas vistas espectaculares).



La vimos sin sonido, total, los diálogos de esta película no son nada del otro mundo.

Que si os apetece salir, pues salís.
Os pintáis el morro, os ponéis el taconazo (o no) y a comeros la noche.
Los planes locos también funcionan, crean recuerdos maravillosos (AQUÍ te conté uno de los nuestros y a día de hoy seguimos riendo cuando lo recordamos).

Otras veces hemos hecho de turistas en nuestra propia ciudad y también ha sido súper divertido.
Porque la clave es la complicidad, el "tía estoy hasta los ovarios de patear las calles" y el "sí, todo precioso, pero ese bar tiene pintaza".

Vale, tal vez yo lo tenga más fácil porque hay fines de semana en los que mi hijo no está conmigo y puedo hacer de mi capa un sayo. Pero estoy segura de que tú también puedes encontrar un momento, un día, una tarde, para disfrutar de la amistad y desconectar ese cerebro que llevamos a mil revoluciones, cual lavadora en pleno centrifugado.
Créeme, eso es salud.

Que las mujeres tenemos un vínculo increíble entre nosotras no es ningún secreto, ¡si hasta sincronizamos nuestros periodos menstruales!.
Así que hazte un favor, busca un hueco y llama a esa amiga, iros juntas a la peluquería, al Carrefour o a cenar, pero quedad YA.

No lo dilates más, que la vida son 2 días y las amigas le dan alegría.