VIERNES
Querido diario,
Es posible que quede con Lara, este finde ella tampoco tiene niños.
Me siento animada, con ganas, a pesar de que estoy menstrual perdida pero no pienso quedarme en casa. Nos vamos a comer la noche, lo veo.
Acabo de mirar la web de la AEMET y va a llover todo el finde.
Empezando desde ya mismo, ahora que he puesto una lavadora llena de sábanas y toallas.
Cada vez me suena peor eso de irme al centro de tapeo.
Madrid y los paraguas no se llevan bien.
Tal vez podríamos quedar en mi casa, o en la de Lara. Nos reímos mucho y comemos cosas con colesterol y mucho azúcar mientras bebemos vino y vemos una peli mala donde salen tíos buenos.
A veces nos metemos en apps para ligar solo para comentar las fotos o hablar de lo mal que está eso de encontrar un tío decente no obsesionado con el gimnasio y sin faltas de ortografía.
Me ha llamado Lara, le ha salido planazo que no quiere (ni debe) rechazar.
Lo entiendo y me alegro por ella, y en el fondo por mí.
Me estaba empezando a dar pereza salir de mi cueva.
En fin, hoy viernes de relax, aún me quedan sábado y domingo para darlo todo.
No se dónde tender las puñeteras sábanas, diluvia.
Llamo al enano:
- Hola mami
- Hola amor, ¿qué tal el cole?
- Bien
- ¿Y qué tal tú?
- Bien
- ¿Qué haces?
- Nada
- ¡Uy! Qué divertido, ¿no?
- No mamá, no lo es.
- Ya cariño, era ironía.
- ¿Qué es ironía?
- Ehhhh... es decir lo contrario de lo que quiero que entiendas.
- ¿Qué?
- Nada amor, el domingo te lo explico.
- Vale mami, voy a colgar.
- Vale cariño, te echo de menos.
- Y yo.
- Un beso.
- Muuuuuuuuuuac.
Pi, pi, pi, pi....
Genial, mi hijo y yo estamos haciendo lo mismo, NADA.
Son las 20:00, buen momento para ponerse el pijama.
Voy a ver la serie que me tiene enganchada, Better Things. Una madre divorciada con 3 hijas y una vida caótica narrada con mucho humor.
Me suena...
Llevo 2 capítulos y tengo hambre.
En el frigorífico tengo pizza carbonara de Mercadona, un invento del diablo que sabe a gloria bendita.
Solo hago pizza cuando el niño no está en casa por lo que solo la como 2 veces al mes.
Lo pienso y mi conciencia se queda tranquila.
Por cierto, ahora que abro el horno me prometo a mí misma que mañana sábado me levanto temprano y lo limpio. A fondo.
¡Anda! Una botella de vino abierta desde hace... ¿3 meses?
¿Estará picado?
¿Cómo sabré si está picado?
Bueno, me pongo una copita, no creo que me siente mal.
No suelo beber vino, solo cuando quedo con Lara, me da un sueño terrible, así que hoy me viene de maravilla. No pienso quedarme hasta las tantas viendo la TV, mañana voy a madrugar para aprovechar el sábado.
8 capítulos de Better Things y 2 copas de vino después, no recuerdo nada.
Abro el ojo en el sofá, 5:00 de la mañana, me duele el cuerpo y los ovarios me rabian.
¡Mierda! Tengo que vaciar la copa (menstrual).
Me levanto y voy al baño como una penitencia, maldiciendo.
Dientes, copa, bajos... todo limpio.
Me meto en la cama en plan zombie (sí, también gruño).
SÁBADO
Abro el ojo, diluvia.
Quería ir al mercadillo a comprar fruta (después de limpiar el horno...) pero desecho la idea.
¿Qué necesidad? Aún me quedan 3 plátanos y 2 manzanas.
Son casi las 12 de la mañana, me maldigo por no haberme acostado pronto.
Bueno, voy a tomarme un café y a recoger la casa, aprovecho para limpiar a fondo los días que mi hijo no está, es decir, cada 15 días.
Me siento con mi café, reviso el móvil mientras me lo tomo.
WhatsApp de Lara, anoche lo pasó genial y yo que me alegro infinito. Dice que está agotada y tiene el mismo plan que yo, no hacer nada.
La pena es que estamos a 70 kms y ninguna queremos mover el culo.
- Descansa, churri, aprovecha que no tienes a los niños.
- Lo mismo, cari.
Reviso el resto de WhatsApp, Instagram, Facebook, Twitter.. ¡La virgen! Cómo le cunde el día a la gente.
Joder, las 13:30. Voy a darme una ducha.
Vale, no he sacado nada para hacer de comer, tan organizada cuando está mi hijo en casa y tan desastre cuando estoy sola.
Cojo el móvil y llamo a mi salvadora:
- Hola mamá.
- Hola hija, ¿qué haces?
- Aquí recogiendo la casa, ya sabes (estoy convencida de que sabe que miento pero no me dice nada, no me juzga)
- Muy bien.
- ¿Me invitas a comer?
- Claro, baja, he hecho cocido.
- Me ducho y bajo.
- Vale, compra pan.
- ¡Ok! Un beso mamá.
- Un beso hija.
Nada como comer en casa de los padres de una, qué suerte tengo de tenerlos cerca.
Después de comer y estar un rato con ellos me he vuelto a casa.
Sigue lloviendo. El día está gris.
Miro el horno, no creo que pase nada porque lo limpie en otro momento. Mañana por ejemplo.
No puedo echarme la siesta, no debo. Si no, esta noche me pasará lo mismo que anoche.
Lucho contra la modorra post cocido y me pongo a recoger la casa.
Sí, un sábado a las 5 de la tarde. Todo bien.
19:00 horas y todo impoluto.
He pensado que mañana aprovecho y me voy al centro por la mañana, han abierto un Pop Up Store de Magnolia Bakery en Madrid que solo estará un mes.
Y yo, fan de los cupcakes, de NYC y de Sexo en NY, no me lo puedo perder.
Hace años que no me como una NY Cheesecake en condiciones.
Venga, que me lo he ganado, estoy deseando retomar la serie pero, primero, hoy ceno ensalada y fruta.
Con el cocido de mi madre ya he cubierto las necesidades básicas de calorías que necesita mi cuerpo.
Son las 23:00 y ME MUERO DE HAMBRE.
La ensalada no debería considerarse cena por sí sola. Complemento sí, pero cena...
En fin, al final mi proyecto de noche sana ha caído en saco roto y me he puesto ciega de fuet, una lata de mejillones en escabeche y un poco de chocolate.
Me voy a la cama antes de que me zampe un pollo asado.
No puedo dormir y me pongo los auriculares con un vídeo de ASMR en YouTube.
Una chica muy simpática susurra mientras acaricia el micro y me da la sensación de que me masajea el pelo y... zzzzzzzzz.
DOMINGO
Qué maravilla, 8 de la mañana y ya despierta.
Soy una tía que exprime la vida, olé yo.
¡Hoy voy a hacer tantas cosas!
Voy a ducharme, me voy al Rastro y luego a Magnolia Bakery, a seguir con mi dieta detox.
Salto de la cama como una gacela, subo la persiana y... ESTÁ LLOVIENDO.
En serio, es súper necesaria la lluvia pero ¿no puede llover entre semana?
¿Por qué me da tanta pereza salir a la calle?
La vida sigue aunque llueva, ¿no?
Necesito café. Me lo bebe mientras pienso que qué necesidad tengo de estar despierta.
Mañana lunes no habrá quién me saque de la cama y me arrepentiré por no haber aprovechado el domingo para dormir.
Me vuelvo a la cama... placeres de la vida. Dormir después de desayunar.
A tomar por saco.
Y así transcurre mi domingo, grabo un vídeo para IG probando un maquillaje que me deja la cara como si me hubiese rebozado tocino, como algunas sobras que tengo por ahí, termino un libro que estoy leyendo... poco más.
19:30, bajo corriendo al portal, viene el enano.
Nos achuchamos un rato en casa, nos decimos cosas bonitas y... empieza la fiesta.
- Ponte el pijama, porfa.
- No quiero
- Venga que hay que cenar, mañana hay cole.
- ¿Qué hay de cena?
- Puré de verduras y filete de pollo.
- Joooooo, verdura ¿por qué?
- Porque es sana y tienes que crecer.
- Me quiero quedar enano.
- Pues enano no vas a meter canastas en baloncesto.
- Pues me borro.
- Venga, ponte el pijama.
- Espera que estoy haciendo cosas.
- Vamos, la mesa, pon la mesa.
- No quiero verduraaaaaaaa....
Y así vuelvo a la rutina, y en el fondo pienso "jo, qué bien he hecho en no hacer nada".
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